EL ARTISTA Y SU MODELO

El desnudo femenino es un tema de gran importancia en la tradición artística, sin embargo se ha visto esteriotipado por las academias de pintura: el artista, el genio ,y la modelo procedente, por lo general, de estamentos muy bajos, él vestido (le dota de personalidad), ella desnuda. Una relación desigual en la que la modelo se convierte en un simple objeto para el artista, perdiendo su personalidad e incluso su identidad.

Matisse dice de sus modelos:

Mis modelos, figuras humanas, no son solamente las comparsas de un decorado. Son el tema principal de mi trabajo. Dependo absolutamente de mi modelo que observo en libertad y al que luego fijo la postura que mejor corresponde a su naturaleza. Cuando tomo una modelo nueva la observo en el abandono de su reposo para poder adivinar la postura que más le conviene y de la que me convierto en esclavo. Algunas jovencitas las conservo durante más años hasta que se agota mi interés.

(Matisse, 1978)

Matisse y la modelo (Brassai)

La mujer se convierte en carne, queda rebajada al mismo nivel conceptual que cualquier objeto, o bien se convierte en una proyección de los sueños del artista. Algunos pintores han mantenido relaciones apasionadas con sus musas, reflejo de ello son sus obras, como es el caso de Dalí y su mujer Gala.

Leda y el cisne (Dalí)

Pero, por lo general, la situación de la modelo era cuanto menos injusta, muchas veces despreciada sin pudor por el propio artista. 

Semidesnudo femenino con sombrero

Mucho menos numerosos son los desnudos de hombres, pues no se aceptaba de la misma forma que un hombre posara ante una mujer, y si lo hacía en academias era siempre con bañador.

Pintora y su modelo (Lucien Freud)

Con el tiempo la liberación de la mujer ha permitido el cambio de rol. En este apartado del blog queremos tratar brevemente algunos casos de artistas y musas/modelos y que nos deis vuestra opinión sobre el tema o ampliéis información.

Lectura recomendada:

CAO, MARIAN L.F. CREACION ARTISTICA Y MUJERES: RECUPERAR LA MEMORIA. NARCEA, MADRID, 2000. (Cap.3 El pintor y la modelo – Historia de una desigualdad – Juan Carlos Pérez Gaulí)

El artista y su modelo : Picasso

Picasso fue un gran amante de las mujeres, muestra de ello es su famosa serie El pintor y su modelo, donde representa al pintor, ya mayor, ante la joven y hermosa modelo que posa para él, el genio enamorado de su propia creación.

Asiduo visitante de las "casas cerradas" y gran conocedor de la anatomía femenina, sentía predisposición por el tema del desnudo femenino.  Uno de los cuadros más famosos del pintor, Las señoritas de Avignon (título original: El burdel filosófico) fue inspirado precisamente por las señoritas de la casa Mme Tellier.  Este gusto por las mujeres quedará reflejado en toda su obra.  El propio autor afirma creer que la relación entre sexo y arte "es lo mismo", de hecho todas las mujeres a las que Picasso amó le influyeron en su arte, y a medida que la pasión se apagaba también lo hacia su creación.  

Picasso no era hombre de una sola mujer, muchas fueron las mujeres a las que amó y, por consiguiente, muchas fueron sus musas.  Fernande Oliver, Gaby Depreye, Olga Koklova, Marie-Thérese Walter, Dora Maar, François Gilot o Jacqueline Rocque fueron algunas de ellas.

 El pintor y su modelo

Recuperan el pintor y su modelo

El artista y la modelo

Picasso y sus modelos

El artista y su modelo: Salvador Dalí - Gala

E l pintor que aborda a la perfección el tema propuesto del artista y su modelo es: Salvador Dalí (1904-1989), pieza clave en el movimiento surrealista. Su excentricidad, imaginación, rarezas y afán de grandeza marcarán un estilo totalmente personal característico de todas sus obras y que no dejó a nadie indiferente.

Aunque en su vida serán únicamente dos las mujeres que posen para el artista; su hermana Ana María y Helena Diakonova (Gala).

Esta última ejercerá una influencia importante para los artistas de esta época, principalmente para Salvador Dalí. Última musa del siglo XX; será la más conocida , recordada y en algunos casos odiada.

Amante, esposa , e inspiradora, serán algunos de los calificativos que nos hacen comprender que la relación de Dalí con su modelo fue más allá del tema profesional.

El primer encuentro se produjo en 1929 y desde entonces Dalí quedo completamente enamorado de ella. Gala se separó de su por aquel entonces marido, Paul Eluar ( poeta surrealista), y contrajo matrimonio con el artista, pasando a ser su fuente de inspiración y lo más importante de su vida.

Gala nada tenía que ver con las mujeres de su época, moderna , con un carácter fuerte , ideas claras , amante del amor liberal y creativa , quizás eso fue el motivo que produjo tal obsesión en Dalí, aunque como comento en varias ocasiones ella encarnaba la figura de la mujer de sus sueños infantiles.

En sus obras Gala es omnipresente, se encarna como madona, heroína, diosa o ninfa. Tal fue la influencia que ejerció sobre el pintor, que este llego a firmar sus cuadros como Gala- Dalí, pues él estaba convencido que sin ella ninguno de ellos se habrían creado.

Gala creará a partir del artista un producto de mercado de fácil venta, con un aspecto totalmente personal y creativo, con el que se lucrará, pero siempre con su consentimiento.

Entre sus últimas obras , pintará pocas semanas antes de su muerte Los Tres enigmas gloriosos de Gala, donde reunirá los tres periodos de su carrera.

La muerte de de su musa, en 1982 fue un fuerte golpe para el pintor, que opto por el retiro y en los inicios del 83 dejo la pintura por completo.

Salvador Dali sélectionné dans Arts & Talents et Peinture

LAS ESPOSAS-MODELOS DE RUBENS

Peter Paul Rubens nace el 28 de junio de 1577 en la pequeña ciudad de Siegen, aunque él pensaba que había nacido en Colonia, donde habían huido sus padres tras la persecución española que sufrieron los calvinistas en Amberes. Fue un pintor flamenco de gran talento de la Europa septentrional.

Tras la muerte de su padre, Jan Rubens, viaja junto a su madre Maria Pypelinckx a Amberes. Al cumplir los trece años, entra de paje en la corte de la condesa Margarita de Ligne, pero él prefiere pintar y aprende a dibujar gracias a la copia de las ilustraciones de la Biblia de Thomas Stimmer.

Más tarde, trabaja como aprendiz en varios talleres, hasta que en 1598 adquiere el rango de maestro pintor en la guilda de San Lucas.

En 1600 viaja a Venecia donde conoce a Vicenzo Gonzaga, duque de Mantua, el cual se lo lleva consigo a la corte.

Tras pasar unos años en Mantua y posteriormente en España, regresa a Amberes debido a la grave enfermedad que ha atacado a su madre. Pero ésta fallece antes de su llegada. Rubens, se instala en Amberes y lo nombran pintor de la corte.

Gracias a su hermano Philip, conoce a la que será su primera mujer. Isabella Brant, sobrina de su hermano de 18 años.

Autorretrato con Isabella Brant (1609-1610)

Óleo sobre lienzo, 174x143cm

Munich,Pinakothek

Para celebrar el enlace con su primera mujer, la retrata en este lienzo junto a él dándose cariñosamente la mano. En 1626, Isabella fallece a los 34 años, causando una gran tristeza en el pintor lo que provoca un alejamiento de éste respecto a los lienzos.

Rubens comienza a viajar para olvidar a su esposa fallecida, y vuelve a España para retratar a Felipe IV y al conde-duque de Olivares. En 1629 es enviado por la archiduquesa Isabel a Inglaterra, tras su nombramiento como secretario de su Consejo Privado, para mejorar las relaciones entre los dos países.

Cuando el pintor vuelve a Amberes en 1630, contrae matrimonio con Elena Fourment, la cual tan sólo tiene 16 años.

Elena Fourment (1630-1631)

Por puro placer personal, realiza a partir de su boda con Elena, una gran cantidad de obras en la que la retrata a ella sola y junto a sus hijos.

Su esposa le sirve de modelo, ejemplo de ello son los lienzos de “El juicio de Paris”, “Las tres gracias”o en “La Petite Pelisse” en la que la retrata como diferentes diosas.

 Le Petite Pelisse (1638)

                                 Óleo sobre tabla                                  

Las tres Gracias (1636-1638)

                                   Óleo sobre tabla                                     

El juicio de Paris (1632-1635)

Óleo sobre tabla

Adèle Bloch-Bauer, la musa de Klimt

Klimt (1862-1918) pertenece a una de las vanguardias que se dan durante el s.XX.
El tema principal al que hace alusión Klimt es el de “femme fatal” -siempre pintaba mujeres, y casi siempre aparecían vestidas-.

Se dice que Klimt tuvo una amante durante 10 años, esta se llamaba Adèle Bloch-Bauer, fue la única mujer a la que este pintor contemporáneo pintó más de un vez.

Adèle Bloch-Bauer (1881-1925) era una burguesa, socialista e idealista, hija de un banquero judío, se caso con el empresario industrial azucarero, Ferdinard Bloch-Bauer, a los 18 años.

Adèle convirtió el salón de su casa en un lugar de encuentro para personajes como el arquitecto Otto Wagner, los músicos Gustav Mhler y Richard Strauss, el dramaturgo Arthur Schnitzler, el escritor Stefan Zweig y el pintor Klimt, entre otros.

Fotografía de Adèle Bloch-Bauer
 

Klimt le realiza a Adéle un primer cuadro (Fig. 1) en 1907, en este aparece representada como objeto de lujo. Esta pintura tiene un exceso de colorido, el rostro y las manos dan sensación de fragilidad. Cinco años después le pinta por segunda vez (Fig. 2). Esta vez la pinta de pie ya que no quedo satisfecha con el cuadro anterior porque aparecía sentada, es menos recargado que el primero. Uno de estos cuadros, el primero que realizó, forma parte de la lista de los cuadros más caros de la historia, al haber pagado por él 107 millones de euros.


Adele Bloch-Bauer I (1907)

Adele Bloch-Bauer II (1912)